«Stultorum sunt plena omnia»,
«Todo está lleno de necios»
(Cicerón, Ad familiares, 9.22.4).
No tengo la dicha de conocer personalmente a Miguel Lorente Acosta, Director de la Unidad de Igualdad de la Universidad de Granada y Exdelegado del Gobierno para la Violencia de Género. Sin embargo, como por sus obras les conoceréis, creo que algún conocimiento tengo de quién sea, pues se prodiga en artículos, conferencias y todo tipo de aquelarres de género.
Dice hoy, en un artículo publicado en el diario Público (http://blogs.publico.es/otrasmiradas/7231/maltrato-pero-solo-un-poco/) «Por tanto, vemos cómo el fondo de la sociedad no ha cambiado tanto en cuanto a la crítica con los factores que llevan a la violencia contra las mujeres y, en cambio, el machismo sí lo ha hecho para contrarrestar el avance conseguido a través de su estrategia posmachista que habla de “denuncias falsas”, de que “todas las violencias son importantes”, de los “suicidios de hombres por divorcios abusivos”… o de cualquier otro tema que permita generar confusión y desviar la atención de la realidad de la violencia de género.»
Necio debe ser, o malvado, que es peor, para sostener tesis tan absurda y fuera de la realidad. Y es que en mi amplia carrera profesional dedicada al derecho de familia no me he encontrado todavía un solo hombre tan perverso que justifique, de ninguna manera, la violencia contra las mujeres. Todos los hombres tenemos madre, y muchos tenemos hijas y hermanas, y primas y amigas, y conocidas… y a ninguno se nos ocurriría justificar la violencia contra las mismas.
El Consejo General del Poder Judicial acaba de publicar una nueva edición de la Guía Práctica de la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género.
En ella el CGPJ introduce elementos incompatibles con nuestro Estado de Derecho, introducción tanto más peligrosa cuanto procede de un órgano cualificado en cuestiones jurídicas.