Artículo publicado en actuall.com en su edición del 13/09/2016
Rosa María Valdeón Santiago, 55 años, dimitió el 10 de septiembre pasado de sus cargos de vicepresidenta de la Junta de Castilla y León, consejera de Empleo y portavoz del gobierno regional, después de haber sido interceptada por la Guardia Civil y comprobarse que circulaba a 170 kilómetros por hora triplicando la tasa de alcoholemia permitida, según dos mediciones espaciadas.
Figura en el atestado que se filtró a la Prensa que el parachoques trasero de su vehículo, un Volvo XC, estaba desprendido tras haber chocado con una de las ruedas delanteras de un camión al que estaba adelantando; el camionero tuvo que hacer una brusca maniobra para evitar el vuelco y, al comprobar que pese a las señales de que parara, el otro coche se daba a la fuga, dio parte a la Guardia Civil.
La Benemérita estableció un dispositivo especial en el que finalmente se consiguió interceptar a la protagonista.
En rueda de prensa el día siguiente, Rosa Valdeón reconoció haber conducido ebria, lo que consideró “un error y una imprudencia” que achacó, sin embargo, a que
“había bebido dos cervezas y tomado unos ansiolíticos“.
Ante los periodistas aplazó cualquier decisión hasta hablar con el presidente Herrera y dos horas después saltó a los medios que había dimitido sólo de sus cargos institucionales en el gobierno regional, pero no de su condición de parlamentaria (procuradora) autonómica.
Esta circunstancia le permite mantener su condición de aforada, de modo que sólo podría ser juzgada, previa autorización por la cámara autonómica, por el Tribunal Superior de Justicia regional, en lugar de ante el Juzgado ordinario que le correspondería como ciudadana normal.
Los hechos que se han sabido pudieran ser constitutivos, desde luego, de un delito contra la seguridad vial, (art. 379,2 del Código Penal, a partir de 0.60 mg/l en aire espirado), y quizá también de omisión del deber de socorro del art 195 del mismo código.
En diciembre de 2013, Rosa Valdeón, entonces alcaldesa de Zamora, fue la primera dirigente del PP que se manifestó públicamente en contra del proyecto de ley del abortoque estaba tramitando el ministro Gallardón. Se mostró, además, partidaria del aborto eugenésico.
En un debate en la televisión regional de Castilla y León, en septiembre de 2014, Rosa Valdeón dijo que un aborto era cualquier menstruación de una mujer que no culminara en embarazo.
Literalmente: “Cualquier menstruación de una mujer que en un momento dado… es un aborto incipiente…. Es decir, es un óvulo que no ha prendido. Eso es un aborto”.
Rosa Valdeón es médico de profesión y saltó a la política, sin ser militante del PP, de la mano de otro médico dirigente regional del PP –José Antonio de Santiago-Juárez– quien apreció en ella en ella su “notable perfil técnico” para conseguirle primero un alto cargo en la consejería de Sanidad y luego en la Consejería de Familia.
Su nefasta gestión como alcaldesa de Zamora fue causa directa de que en las elecciones de 2015 el Ayuntamiento acabara en manos de Izquierda Unida, después de más de 20 años de gobiernos populares, habiendo ella previamente huido de las listas. Su talante “progresista” la había colocado como aspirante a la presidencia de la Junta.
Su perfil abortista resalta por su condición de médico. La deslealtad al juramento hipocrático cobra ahora pleno sentido a la vista de sus declaraciones justificando su estado de embriaguez: cualquier médico y cualquier ciudadano sabe que “dos cañas” jamás dan como resultado 0,77 mg/l de alcohol, aparte de la irresponsabilidad gravísima para un sanitario -incluso metido a política- de mezclar alcohol con tranquilizantes.
Al conducir borracha, Rosa Valdeón ha puesto su vida en peligro, pero también ha puesto en peligro la del camionero del que según todas las apariencias se fugó tras estar a punto de hacerle volcar, de todas las personas que circularan o hubieran podido circular por las mismas vías, e incluso las de los guardias civiles que la detuvieron.
El aborto es la más radical expresión de la falta de respeto por la vida, pero se ve que tiene variantes insospechadas.
Desde el fiasco de la Ley Gallardón, un sector de la opinión pública, defenestrado para siempre del ámbito ideológico y electoral de este Partido Popular, viene siguiendo con atención la trayectoria de los dirigentes que, pese a ser elegidos en sus listas y bajo un programa que propugnaba la restricción efectiva del aborto, se mostraron entonces en contra del proyecto de ley (Cristina Cifuentes, Celia Villalobos…) o desde la ambigüedad y el silencio estratégicos (Soraya Saenz de Santamaría).
El tiempo empieza a poner a cada uno en su sitio. Seguiremos muy atentos….
Nota: El 13 de agosto pasado, la ministra de educación sueca Aida Hadzialic dimitió de todos sus cargos al haber dado positivo en un control de alcoholemia con una tasa de 0,2 mg/l.
* Javier María Pérez-Roldán es abogado de familia.